Cuando era pequeño, en la escuela, teníamos una asignatura llamada ciencias naturales… era mi preferida.
Tuve la suerte de tener grandes maestros, eruditos de las tizas de colores, que mostraban con gran destreza en sus dibujos las relaciones inter e intraespecíficas, los flujos de la materia y la energía en los ecosistemas, y hasta el funcionamiento del corazón humano. Fascinante.
Recuerdo con cariño al ya fallecido profesor Rosselló, con su barba blanca, su talante tranquilo y su gran paciencia (especialmente su gran paciencia). Era uno de esos profesores que «aportaba». Y a mí me enseñó precisamente eso… que cuando enseñas/explicas/formas/sensibilizas/educas SIEMPRE debes aportar algo a tus oyentes: conocimiento, duda, pensamiento, pasión, admiración, reflexión, sorpresa… o todo ello junto.
La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo
Nelson Mandela
El primer trabajo que tuve como biólogo fue de educador ambiental en una «Aula del Mar»; un centro de interpretación ambiental gestionado por la Administración donde resido. Visitaban el aula ambiental desde encantadores personillas de 4-5 años a completos energúmenos descerebrados de 16 (no todos, pero…).
Fue en esos momentos cuando más me acordaba del profesor Rosselló, debía tener mucha paz, mucha ciencia, mucha… paciencia (chiste malísimo, lo sé). Pero también debía ser capaz de aportar algo a mi audiencia. Para los más pequeños era muy fácil: sorpresa, conocimiento, aventuras, animales nunca vistos… Para los chavales borrachos de las hormonas propias de la edad del pavo les enseñé a pensar, a reflexionar y a dudar.
Por aquel entonces, teníamos una maqueta en 3D de 1,8 x 1,8 metros, aproximadamente, estupenda, fantástica y extremadamente visual. Activando un interruptor iba entrando agua y se iban conformando las Islas Baleares. Cada cierto tiempo parábamos la entrada del agua y dábamos una explicación sobre ello.
De esta manera explicábamos cómo, durante algún tiempo, la isla de Mallorca y Menorca estaban conectadas, de ahí que su flora sea más similar que entre Ibiza y Mallorca. ¡Guau!¡La audiencia enmudecida y ya empezaban a verse caras de interés! Veían con sus propios ojos que lo que les habían contado en una aburrida clase de ciencias era posible entenderlo fácilmente.
La segunda parada obligatoria del incremento del nivel del mar era para mostrar la configuración actual del archipiélago. Pero había una tercera… activamos interruptor para la entrada de agua… «el incremento de la temperatura del planeta puede provocar el deshielo y el incremento del nivel del mar…». Las caras de asombro al ver como subía el nivel del mar y qué zonas quedarían sumergidas bajo el Mediterráneo era digno de ver. El profesor Rosselló estaría francamente orgulloso de mi explicación. ¡Explicación del año 1999! Por aquel entonces, ¡ya hablábamos de cambio climático!
Ahora bien, seguramente te estarás preguntando… ¿y qué tiene que ver todo esto con el título del artículo?. Recuerda: ¡No compenses tus emisiones!
Pues para saberlo, no te queda otra que escuchar el primer capítulo de mi podcast 😉. Eso sí, te aseguro que no te arrepentirás porque te llevaré de viaje a Ibiza, te enseñaré cuál es el mejor residuo y finalmente te explicaré por qué no debes compensar tus emisiones. No te lo pienses más. Enchúfate los auriculares y dale al play. ¡Te espero en el podcast!