La consagración de Joe Biden como nuevo presidente de los Estados Unidos de América supone nuevas esperanzas para la lucha contra el cambio climático. Según ha manifestado el nuevo mandatario americano, Estados Unidos volverá a adherirse al Acuerdo de París, firmado el año 2015 por 195 de los 197 países que formaban parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Y es que Donald Trump, el 4 de noviembre de 2020, aún como presidente y en pleno conteo de los votos, comunicó a la Organización de Naciones Unidas que EEUU se desligaba del Acuerdo de París, alineándose con la negativa manifestada por Irán, Irak, Eritrea, Libia, Sudán del Sur, Yemen y Turquía, si bien estos últimos no tienen la importancia ni ha contribuido tanto a generar el problema del calentamiento global como EEUU. Y es que no debemos olvidar que EEUU ha sido el país que más gases de efecto invernadero ha expulsado a la atmósfera en la historia, a pesar de que en la actualidad sea el segundo emisor por detrás de China.
Según Trump, el cumplimiento de los acuerdos de París le costarían a Estados Unidos tres billones de dólares y 6,5 millones de empleos en los próximos 10 años, limitando la productividad de sectores como la industria automovilística y la explotación de carbón.
El compromiso verde de Joe Biden: The Green New Deal
Las nuevas políticas ambientales de Joe Biden también son conocidas como Plan Biden para una Revolución de Energía Limpia y Justicia Ambiental y contemplan las siguientes actuaciones:
- Conseguir una economía de energía limpia al 100% y alcance emisiones netas cero a más tardar en 2050. Biden pretende conseguir esta meta mediante la firma de toda una serie de órdenes ejecutivas con un alcance sin precedentes, entre ellas el mandatario exigirá que el Congreso promulgue una legislación en el primer año de su presidencia que:
1) Establezca un mecanismo de cumplimiento que incluya importantes hitos a más tardar al final de su primer mandato en 2025.
2) Realice una inversión histórica en energía limpia e investigación e innovación climática.
3) Incentive el uso rápido de innovaciones de energía limpia en toda la economía, especialmente en las comunidades más afectadas por el cambio climático. - Construir una nación más fuerte y con más resiliencia. Los impactos que el cambio climático pueden provocar sobre los edificios, sistemas de distribución de agua, transporte y energía requieren de inversiones inteligentes. Para ello propone el desarrollo de planes de regionales de resiliencia al clima, contando con universidades locales y laboratorios nacionales, con acceso local a la ciencia, datos, información, herramientas y capacitación más relevante.
- Unirá al resto del mundo para enfrentar la amenaza del cambio climático. Los desafíos globales requieren actuaciones globales. Además de volver a unirse al Acuerdo de París incentivará a que los diferentes países aumenten su compromiso y sean más ambiciosos en sus objetivos climáticos nacionales.
- Promete que enfrentará el abuso de poder de los contaminadores que dañan de manera desproporcionada a las comunidades de color y de bajos ingresos. El nuevo presidente electo pondrá las cartas sobre la mesa y establecerá medidas contra las compañías de combustibles fósiles y otros contaminadores, que antepongan las ganancias a las personas y, a sabiendas, dañen el medioambiente y contaminen el aire, la tierra y el agua de las comunidades, además de que oculten información sobre los riesgos potenciales para la salud y el medioambiente.
- No dejará de lado a los trabajadores y comunidades que impulsaron la revolución industrial y las décadas posteriores de crecimiento económico.
- Joe Biden y su vicepresidenta Kamala Harris también se comprometieron a no aceptar contribuciones de ejecutivos ni de corporaciones de petróleo, gas y carbón.
Para llevar a cabo esta la propuesta ambiental el presidente demócrata hará una inversión federal de $1.7 billones de dólares durante los próximos diez años, aprovechando inversiones adicionales estatales y locales y del sector privado, para un total de más de $5 billones de dólares.
Sin duda, y sobre el papel, parece que el Plan Biden para una Revolución de Energía Limpia y Justicia Ambiental contribuirá, junto con el resto de países adheridos al Acuerdo de París, a dar un cierto respiro al Planeta, al menos durante los próximos 4 años. Ahora solo falta que no nos olvidemos que, además de una emergencia sanitaria, también estamos ante una emergencia climática. Personalmente voy a seguir muy de cerca sus actuaciones, la primera y más esperada la adhesión al Acuerdo de París, puesto que creo que habrá un cambio realmente significativo en la dirección que tomen las políticas medioambientales de Estados Unidos.
